Los Himalayas son una maravilla natural impresionante, con picos imponentes que atraen a aventureros de todo el mundo. Si bien puede parecer imposible que la vida persista permanentemente en tales elevaciones, esa noción no es del todo exacta. Sorprendentemente, entre extensos arbustos y pequeñas hierbas, prospera una planta única conocida como Rheum nobile, un pariente cercano del ruibarbo común que se encuentra en climas más hospitalarios.
Permítanos presentarle el magnífico Rheum nobile, también conocido como ruibarbo. Esta extraordinaria planta se gana su noble apodo al prosperar en algunas de las condiciones más duras de la Tierra. Florece en elevaciones que van desde 13.000 a 15.000 pies (4.000 a 4.800 metros), donde las temperaturas caen en picado y abunda la dañina radiación ultravioleta. Mientras que muchas plantas alpinas se acurrucan detrás de las rocas y abrazan el suelo, Rheum nobile desafía las probabilidades y alcanza alturas imponentes de hasta 6 pies. Esto lo convierte en un miembro destacado de la familia del trigo sarraceno y un testimonio de la tenacidad de la naturaleza.
Una de las características más distintivas de esta planta es su gran chapitel compuesto por brácteas transparentes. Estas hojas especializadas carecen de clorofila, lo que las hace incapaces de realizar la fotosíntesis. Más bien, sirven para proteger y aportar calor a la planta. Detrás de estas brácteas se encuentran las flores, que serían susceptibles a la congelación o a la radiación ultravioleta si se dejaran expuestas. Para contrarrestar esto, las brácteas pálidas poseen pigmentos únicos que filtran los dañinos rayos ultravioleta y al mismo tiempo crean un ambiente ideal para que florezcan las flores y las semillas. Es como si la planta tuviera su propio invernadero en miniatura.
La temperatura interna de la planta puede ser hasta 10 grados superior a las condiciones externas, lo que le proporciona una ventaja significativa en términos de reproducción a gran altura. Sin embargo, la escasez de polinizadores en estas regiones presenta un desafío para la planta. Para abordar esto, Rheum nobile despliega señales tanto visuales como químicas para atraer a posibles polinizadores. Su apariencia distintiva destaca en medio del austero entorno, mientras que sus señales químicas sirven como señuelo.
La planta Rheum nobile ha establecido una relación mutuamente beneficiosa con los mosquitos de los hongos que habitan en elevaciones más altas. La planta emite una sustancia química única que atrae a las hembras de los mosquitos de los hongos, llevándolas a poner sus huevos dentro de las semillas de la planta. Curiosamente, este acuerdo beneficia a ambas partes, ya que los mosquitos del hongo polinizan muchas más flores de las que dañan. Esta conexión mutualista permite que ambos organismos florezcan en el accidentado terreno montañoso. Los mosquitos del hongo obtienen un entorno protegido para sus crías, mientras que la planta asegura la polinización esencial y la protección contra los dañinos rayos UV.