La historia de esta conmovedora conexión entre un perro y un caballo es un testimonio de la lealtad inquebrantable y la empatía que los animales pueden sentir hacia sus compañeros, incluso en los momentos más difíciles.
Una Amistad Especial: En un entorno donde los seres humanos a menudo se asombran de las amistades interespecie, un perro y un caballo desarrollaron una relación especial basada en la lealtad y el afecto mutuo.
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Canario se encontraba en un estado tan frágil que no podía valerse por sí solo y su situación era calamitosa. La familia de Martín, que anteriormente había salvado gallinas, conejos y perros, no podía soportar la idea de dejar morir a este caballo.
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Canario vivió con la familia de Martín durante cinco meses, pero su estado nunca mejoró. Empeoró hasta el punto que ya no podía soportarlo.
Otra organización sin fines de lucro, “Voluntarios por Nuestros Caballos (VPN)”, contactó a “Ayuda a Caballos Maltratados (ACMA)” en Argentina en relación con un caballo que estaba acostado y no podía levantarse.
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Este caballo no tenía dientes, era claramente anciano y estaba desgastado, había perdido peso y mostraba signos de desgaste comunes a los caballos más viejos.
En ese momento, el veterinario se dio cuenta de que no se trataba de un caso más de maltrato a los caballos, lamentablemente común en la región, donde los caballos suelen ser utilizados hasta el cansancio.
Canario se encontraba en un estado irrecuperable, incapaz de moverse, por lo que el médico le administró una humana inyección para ponerlo en reposo y poner fin a su sufrimiento.
Inicialmente, la familia se sorprendió al saber que Canario había sido sacrificado, pero pronto se dieron cuenta de que el caballo, que habían pensado que era joven y enfermo, era en realidad un ser anciano que buscaba paz.
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