Los accidentes más habituales que afectan a perros, especialmente a cachorros, además de las caídas, suelen producirse mientras deambulan por carreteras y autopistas. Los trágicos incidentes de perros y gatos atropellados en las concurridas calles de las ciudades son un tema recurrente.
Si tuviéramos que comenzar esta historia en un lugar donde la realidad es igualmente desgarradora, uno de esos lugares serían los Estados Unidos de América.
Un pequeño cachorrito llamado Baby se encontró en una situación desesperada.
El bebé estaba al borde de la muerte, su hocico sangraba después de ser atropellado por un conductor que se dio a la fuga. La lluvia de la noche anterior le había empapado el pelaje y cerca había tres trozos de pan esparcidos, pero le faltaban fuerzas incluso para olerlos. Apenas podía moverse.
Sin embargo, con lo que le quedaba de energía y una fuerte voluntad de sobrevivir, logró arrastrarse a un lado de la carretera, lejos del tráfico, y luego se desplomó.
Afortunadamente, su determinación de vivir, combinada con la amabilidad de un grupo de personas compasivas, llevó a su rescate. Inmediatamente lo llevaron a la sala de emergencias para una evaluación de salud exhaustiva.
En la clínica veterinaria se determinó que Baby tenía una pata delantera fracturada que requería cirugía lo antes posible. Además, el cachorro estaba gravemente desnutrido, deshidratado y anémico. Fue operado y recibió alimentación intravenosa para ayudar en su recuperación.
Poco a poco, con la ayuda de los veterinarios, Baby empezó a recuperar su salud.
“Cuando llegó por primera vez, no éramos muy optimistas sobre su recuperación, pero afortunadamente parece estar respondiendo bien al postoperatorio”, comentó uno de los cirujanos.
Pasó algún tiempo antes de que el cachorro recuperara las fuerzas suficientes para comer y beber por sí solo. Sin embargo, las inquebrantables ganas de vivir de este pequeño guerrero no tuvieron límites y finalmente venció su inercia y aprendió a caminar una vez más.
Sus rescatistas describen al bebé como tímido. Es probable que nunca antes hubiera experimentado una interacción cercana con humanos y que inicialmente estuviera confundido y errático. Todo a su alrededor parecía nuevo y desconcertante después de su segunda oportunidad de vida.
Sin embargo, el amor y el cuidado que ahora recibe de sus salvadores han borrado los recuerdos de un pasado que probablemente estuvo lleno de dificultades. Es fundamental recordar a los conductores desconsiderados que los animales en las calles no son plagas; son seres vivos merecedores de respeto y consideración, al igual que nosotros.
“Ha hecho progresos notables y está recuperando su confianza. Es muy gentil y cariñoso”, añadió uno de los cuidadores del afortunado amigo peludo. “Lo más importante es que Baby está feliz. Incluso permite que sus nuevos amigos humanos lo acaricien. Estamos inmensamente agradecidos por rescatarlo y oramos por su continua recuperación, esperando verlo correr y saltar a un hogar lleno de amor y reconocimiento que se merece.”
Es un error suponer que un animal reaccionará como un humano ante un vehículo. Los animales carecen del mismo nivel de conciencia y comprensión.
Lamentablemente, muchas personas no son conscientes del sufrimiento de los animales y carecen de empatía por su dolor. Compartir esta conmovedora historia de rescate, que afortunadamente tuvo un final feliz, puede ayudar a crear conciencia y promover la compasión.