Cuando no estás, los miembros de tu familia no son los únicos que te extrañan. Tus perros también te extrañarán. Debes saber que el amor que une a los animales y sus dueños es increíble. Incluso después de que los dueños o las mascotas fallezcan, sigue viviendo pase lo que pase.
En este post nos gustaría contaros la conmovedora historia de Fulmine y su dueño, Leonardo.
Habían vivido felices juntos durante siete años en el campo de Italia, hasta que Leonardo cayó. Lo llevaron al hospital local y no pudo cuidar de su querido hijo. Fulmine lo extrañaba mucho. Según Sara Sechi, la hija de Leonardo, Fulmine siempre corría hacia la puerta cada vez que aparecía un coche.
El mes pasado, cuando la situación empeoró, el pobre no pudo venir. Se fue sin poder despedirse de su compañero de cuatro patas. Y durante dos días, el perrito pareció desaparecer confusamente. Nadie sabía adónde huyó.
Fue Sara quien encontró a Fulmine. El día después del funeral, la mujer y su hijo fueron al cementerio del pueblo para poner más flores en la tumba de Leonardo, solo para encontrar al pequeño perro marrón tirado allí mismo.
Fulmine permaneció allí mucho tiempo, y luego decidió levantarse y regresar a aquella caseta para perros que Leonardo le había colocado. Pero todavía estaba bastante triste y no quería comer.
No fue la última visita de Fulmine. En los días siguientes, sus vecinos insistieron en que a menudo veían al perro yendo al cementerio. Al parecer, Fulmine viajaba allí solo a diario para visitar a su difunto amigo.
El cementerio se encuentra a unos dos kilómetros de su casa y nadie le había dicho nunca al perro cómo llegar. Sin embargo, Fulmine logró encontrar nuevamente a su Leonardo.
Sara se ha llevado a Fulmine a casa para cuidarlo mejor. Y seguramente Leonardo seguirá viviendo en sus corazones, para siempre.
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Fuente: pawsplanet.me