Imagínese esto: un cachorro de pitbull de dos años, cuya cola una vez se movió ansiosamente al ver a su dueño, se encontró junto a unas cajas viejas, sin tener idea de que se trataba de un adiós. Era un día frío de diciembre de 2016, y Ollie-Loo, una dulce mezcla de pitbull, se quedó atrás cuando su dueño pasó a un nuevo capítulo sin él.
Ollie-Loo, sin darse cuenta de que lo habían abandonado para siempre, se quedó quieto, leal hasta el último momento, esperando una reunión que no llegaría. Los inviernos de Detroit son implacables y a menudo caen bajo cero cuando el sol se pone, pero la esperanza de Ollie-Loo no flaqueó.
Quiso el destino que su perseverancia llamara la atención de alguien y se hizo una llamada al Grupo de Bienestar Animal de Detroit (DAWG) justo a tiempo para que el espíritu navideño hiciera su magia.
Los voluntarios, entre ellos Terri Looby, entraron en acción. Encontraron a Ollie-Loo refugiado debajo de las cajas desechadas, buscando una pizca de calor. Al relatar el rescate, Looby compartió con The Dodo cómo Ollie-Loo, al escuchar una voz amigable, pareció comprender que había llegado la ayuda. ¿Su respuesta? Una cola feliz y un enfoque entusiasta, incluso cojeando.
La historia dio un giro cuando un vecino se enteró de que esta no era la primera noche solitaria de Ollie-Loo; había pasado más de una semana. Su dueño anterior, después de haber sido desalojado, lo dejó a él y a otro perro más pequeño, solo para regresar por el más pequeño, dejando a Ollie-Loo a su suerte.
Y cuando se trataba del asunto de su barriga vacía, Ollie-Loo no se contuvo. El olor de una hamburguesa de pollo lo hizo saltar al asiento trasero del auto, donde lo tranquilizaron con palabras amables y le permitieron satisfacer su hambre.
A pesar del frío, Ollie-Loo tuvo suerte: su única dolencia fue una fractura de fémur, que fue tratada con cirugía en el refugio de animales.
El corazón de Looby se calentó al ver a Ollie-Loo instalarse en su nuevo y amoroso hogar, poco después de su rescate. Se convirtió en un cachorro alegre, lleno de afecto, que simplemente buscaba una familia que le devolviera su amor y nunca más lo considerara desechable.
Es un recordatorio conmovedor del vínculo entre los perros y sus dueños, y la historia de Ollie-Loo, desde esperar en el frío hasta encontrar un nuevo comienzo, es un testimonio de resiliencia y esperanza. Brindo por Ollie-Loo, un testimonio peludo de una lealtad eterna y de los días más brillantes que le esperaban en su hogar definitivo.