Me sorprendió ver tres perros que necesitaban desesperadamente ser rescatados, no solo uno. Los tres estaban tan demacrados que sus esqueletos quedaron expuestos y no podían mover las patas traseras. Me partió el corazón ver su sufrimiento, pero sabía que tenía que ayudar.
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En cuanto los perros me vieron, estallaron de felicidad porque sabían que yo sería su salvavidas. Abrí los brazos y ellos corrieron ansiosos hacia mí, listos para comenzar una nueva vida. Estaba claro que necesitaban mucho cuidado y atención, pero estaba decidido a ayudarlos en todo lo que pudiera.
Los tres perros padecían cinimosis y anemia, lo que les provocaba luchas diarias y gastos importantes. Los dos hermanos menores habían estado privados del calcio necesario desde su nacimiento, lo que les provocaba dificultades para mantenerse en pie y mover las patas traseras. La hermana mayor estaba mejorando, pero aún necesitaba fisioterapia para recuperar la movilidad total.
A pesar de los desafíos, los perros respondieron bien al tratamiento y comían bien. Se sometieron a pruebas para determinar el progreso de su anemia y los médicos trabajaron arduamente para revertir esta afección mediante transfusiones de sangre e inyecciones de suero.
Luchamos juntos, celebrando cada paso adelante como una victoria. Aunque la prueba rápida fue negativa para el moquillo, sabíamos que sería necesaria una prueba más profunda para garantizar la precisión. Los perros ya no transmitían la enfermedad, pero eran portadores y se encontraban en estado nervioso.
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Para ayudar en su recuperación, proporcionamos a los dos hermanos menores suero subcutáneo para aumentar la retención de agua y los llevamos a tomar el sol para una mejor absorción. También iniciamos sesiones de acupuntura para ayudar a activar sus músculos y recuperar la movilidad. La hermana mayor fue dada de alta oficialmente del veterinario y una madre adoptiva la llevó a su nuevo hogar.
Los dos hermanos menores también estaban haciendo progresos significativos, ganando peso y mostrando una mayor inteligencia. Una vez que estuvieran mejor de salud, serían esterilizados, desparasitados y vacunados. Seguimos luchando por su recuperación total y necesitábamos toda la ayuda que pudiéramos conseguir.
Estos perros merecían una nueva oportunidad de vida, rodeados de amor y cuidado. Agradecí la oportunidad de ayudarlos y ser testigo de su increíble resiliencia. Sigamos apoyando a estas dos pequeñas porque nos necesitan mucho. Juntos podemos marcar la diferencia y darles la vida que merecen.
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