El Parque Nacional Yosemite, situado en California, muestra un ecosistema diverso repleto de cientos de especies y encantadoras maravillas naturales. Célebre por sus imponentes monolitos de granito, valles profundos, antiguas secuoyas gigantes y una colección de más de 25 cascadas, una de las cuales se destaca: Horsetail Fall. Cada año, bajo condiciones específicas, Horsetail Fall se metamorfosea en una ardiente “caída de fuego”.
Alimentada por la nieve derretida, Horsetail Fall es una cascada estacional que discurre sobre el borde oriental del monolito de granito El Capitán durante el invierno y principios de la primavera. Entre las cascadas más altas de Yosemite, los arroyos dobles de Horsetail Fall caen en picado desde aproximadamente 1550 pies (470 metros), con una altura total de 2100 pies (640 metros).
A finales de febrero, se desarrolla una ilusión cautivadora cuando los últimos rayos del sol poniente y el cielo despejado del atardecer pintan el agua que fluye desde el cañón rocoso en tonos que recuerdan a la lava brillante. Este fascinante espectáculo, conocido como “la caída de fuego”, suele durar unos 10 minutos. Sin embargo, deben alinearse condiciones específicas para que el fenómeno se manifieste, incluidas nevadas abundantes, una temperatura lo suficientemente cálida como para derretir la nieve y crear la caída, cielos despejados y luz solar que ilumine la caída desde un ángulo preciso.
El aumento de popularidad ha atraído a grandes multitudes cada año para presenciar las etéreas cascadas de “fuego” líquido. Desafortunadamente, esto ha resultado en daños a la delicada vegetación local, lo que ha llevado al Servicio de Parques Nacionales a cerrar algunos de los principales sitios de observación.
El término “caida de fuego” se remonta a un evento de verano que comenzó en 1872, que implicó el vertido de brasas ardientes desde la cima de Glacier Point hacia el valle de abajo, creando una auténtica cascada de fuego ardiente. A pesar de su popularidad entre los turistas, el Servicio de Parques suspendió el incendio de Yosemite en 1968 debido al importante riesgo de incendio que representaba.
Aunque las cataratas artificiales de Yosemite son cosa del pasado, la radiante cascada roja de Horsetail Fall perdura, sin poner en peligro la extraordinaria reserva natural de Yosemite.